Grupo musical Kalfu: “La cultura mapuche no es una cultura de museo”

Compártelo

Visibilizar la cosmovisión mapuche es la propuesta de la banda nacional Kalfu. Su disco Trawvn=Reunión—del que también estrenaron documental—es un trabajo colectivo que une a músicos como Manuel García, Francisca Valenzuela y Tata Barahona para musicalizar la poesía de Elicura Chihuailaf. El resultado es un ülkantun (canto) renovado que conserva el espíritu ritual. Sobre el viaje azul a las profundidades del mapudungun, hablan en esta entrevista.

Kalfu no es solo una banda, es una familia. Los Herrera Hinojosa nacieron en San Antonio y todos ellos—Jaime Herrera y sus hijos Catalina, Pablo y Nicolás—emigraron a Santiago para estudiar pedagogía en música. Pronto se les unieron dos amigos, Juan Carlos Rivera y Diego Valdebenito, quien fuese compañero de colegio de los Herrera y alumno de Jaime. Por estos días Kalfu ha retornado a San Antonio para grabar las locaciones de su primer video oficial para la canción “Señales en la tierra de arriba” junto a Joe Vasconcellos.

Ser una puente entre la chilenidad y los pueblos originarios es uno de los propósitos de Kalfu, quienes aseguran que su vinculación con la cultura mapuche es algo completamente natural, “siempre lo hemos llevado, no tenemos apellido mapuche, pero es casi inevitable pensar que todos llevamos sangre mapuche”, sostiene Jaime, mientras Nicolás agrega “quizás el mestizaje que nos caracteriza como chilenos implica esta mapuchitud, porque está presente en nosotros pero nos fue arrancada. El ejercicio de conectarse y darse la posibilidad de ocupar el idioma mapudungun, que nos están negando, también es parte de la tarea de reivindicarlo”.

Diego V., Pablo H., Nicolás H., Jaime H. y Catalina H. (de izq. a der.)

La inspiración de Kalfu (azul en mapudungun) proviene de la poesía de Elicura Chihuailaf con quien tuvieron un primer acercamiento en el disco La Cantata Mapudungun. En su segundo trabajo, Trawvn=Reunión musicalizan catorce poemas de Chihuailaf fusionando los estilos personales de músicos nacionales con la lírica mapudungun. El trabajo, caracterizado por ese tono cálido y familiar de Kalfu, es lo que también se transmite en las intimas imágenes de Trawvn=Reunión, el documental dirigido por Germán Liñero que muestra el proceso del disco, estrenado el mes de abril en la última edición del Festival Internacional de Cine y Documental Musical In-Edit.

Jaime escribe en el libro del disco que “este trabajo es una ofrenda a esta hermosa morenidad que nos abraza”. ¿Por qué es importante hoy, en el contexto de un Chile que está mirando la otredad, no solo de los pueblos originarios, sino de los inmigrantes por ejemplo, este registro que rescata la memoria del pueblo mapuche?

Jaime Herrera: En realidad ha sido siempre una urgencia visibilizar el pueblo mapuche, al que le han puesto una muralla durante quinientos años para ocultarlos. Y seguramente eso tiene que ver con el racismo y también con la intención de invisibilizar el concepto filosófico del pueblo mapuche que tiene una propuesta humanista y naturista súper pro que si llegara a asumirse y ser aplicada por la mayoría de la gente evidentemente este país no estaría como está. O sea, ese mall en que han convertido sistemáticamente al país.

Diego Valdebenito: Elicura nos comentaba de un concepto antiquísimo en el pueblo mapuche que es el concepto de la biodiversidad, que es cómo de alguna manera en un entorno dado se autosustentan y pueden perdurar en el tiempo en todos los sentidos, sociales, naturales. De cierta manera el pueblo mapuche, su cosmovisión pone en juego la modernidad. En ese sentido es súper rupturista en el hecho mismo de existir porque su mentalidad cuestiona lo que se vive hoy en día, el mall, la vida de mall que nos caracteriza y eso es muy potente, creo yo.

JH: El hecho de involucrarnos en esta historia tiene una propuesta extra musical de intentar visibilizar y masificar este concepto de cómo vivir la vida que tiene el pueblo mapuche que nos conviene a todos y en el que todos deberían ser bienvenidos.

En el documental se ve el viaje que hicieron a la casa azul de Elicura Chihuailaf, el trabajo con los músicos invitados, muchas reuniones en torno a la mesa, el fuego, al nutram (conversación) ¿Este disco es una invitación al diálogo entre pueblos, a la experiencia colectiva de trabajo?

JH: Absolutamente. Unir a seis chilenos como nosotros cantando en mapudungun utilizando directamente la cosmovisión del pueblo mapuche en la voz de Elicura es una invitación a decir ¿por qué no? Hay todo un trabajo colectivo en el ejercicio del disco, no es que alguien diga tú haces esto y nosotros vamos y tomamos la canción, hay un trabajo colectivo con los bocetos de las canciones trabajando con Joe Vasconcellos, Pancho Sazo, Manuel García, sumado al trabajo de Vicente y Antonio Larrea, que son personas importantes en la gráfica de la música popular chilena, más el documental.

Catalina Herrera: Trawvn es reunión y la reunión se hace aquí de todas formas porque es un abrazo con los músicos que admiramos, pero también con nuestra misma historia personal, familiar. Lo que llama a una reunión es hablar, conocerse, decir experiencias y eso pasó siempre. Entonces todo este camino ha sido de crecer y de aprender cada segundo, hasta ahora.

El disco Trawvn=reunión está compuesto por catorce poemas de Elicura Chihuailaf musicalizados. ¿Cómo se eligieron esos poemas y qué mensaje quisieron destacar de la oralitura mapuche de Elicura Chihualaf?

JH: Hay un punto inevitable de unión entre cualquier poema que uno vea de Elicura, coinciden todos en esta cosa esencial que tiene que ver con la cosmovisión del pueblo mapuche, entonces, es como que ni siquiera dan ganas de elegir respecto de un concepto. Y cuál fue la metodología: le pasé a cada uno de los que se involucraron cuatro poemas pensando más o menos cuál es su discurso o qué pudiera ser coincidente con lo que hacen como músicos, esa fue la única selección. El Tata Barahona lo eligió sin leerlo en español, solo en mapudungun y él no sabe mapudungun.

Nicolas Herrera: Ahora tú le puedes dar un sentido a quizás esa aleatoriedad que fue la selección de los poemas porque si vas leyendo canción por canción resultan tener una historia al final y te llevan inevitablemente a un viaje.

Sobre la propuesta musical, ¿por qué se escogió trabajar con la fusión latinoamericana en las canciones y no solamente con ritmos mapuche, por ejemplo?

Pablo Herrera: es a propósito, porque nosotros queremos que se entienda que la cultura mapuche no es una cultura que está extinta, no es una cultura de museo, arqueológica, es una cultura viva. La oficialidad quiere darle a la cultura mapuche un aspecto de antepasado, de una cultura precolombina, que fue. Para nosotros no hubiera sido tan interesante dar el mensaje si hubiéramos usado instrumentos o música mapuche originaria, sino más bien música, instrumentos y compositores que son actuales, que son del siglo XXI, entonces hay distintos ritmos. La decisión de la música tiene que ver con no abusar de sonidos, ni siquiera de instrumentos que son rituales también.

NH: Ahora, hay algo también que colinda entre lo técnico y lo abstracto con los conceptos musicales. De repente yo no voy a sacar necesariamente un kultrun para hacer un pürum, pero voy a estar tocando la canción con esa sensación. Qué pasa si probamos buscar ese sonido con un sintetizador, la vuelta, el nuevo paso, qué hay más allá, cómo llego a esos estados que propone la visión mapuche, que es parte de mí, y ahora busco cómo convive eso con mi chilenidad. O sea, qué es la chilenidad. Es que no tenemos una identidad clara que defender, puedes ser lo que sea, el chileno es tan mestizo que no tienen nada que defender, no es como un peruano, un boliviano, yo tengo la sangre, la raza originaria, no.

CH: Y la misma interpretación siempre nos va a salir súper “ritualesca” porque es inevitable por lo que se está diciendo. Claro que puedas tararear solamente “te amo, nena”, pero si estás tarareando en mapudungun tiene algo que es esencial para seguir existiendo.

En Trawvn=Reunión cantan en español y en mapudungun, el propio disco tiene las letras en ambos idiomas. ¿Cómo fue para ustedes como músicos trabajar con ambos idiomas, con esta frontera?

CH: Al principio obviamente estaba con miedo, al lado con el respeto, de voy a pronunciar mal algo o lo estoy diciendo de otra forma que no tiene nada que ver con lo que significa cada palabra porque cada palabra en mapudungun es una imagen. Entender qué decía porque tampoco ninguna traducción va a ser literal, puedes decir una palabra y en verdad esa palabra te está diciendo todo; si digo círculo, es todo. Pero se dio todo súper natural, estamos parados en la tierra y el mapudungun es el lenguaje de la tierra, se siente de la tierra.

PH: De repente llama la atención que nosotros usemos el lenguaje mapudungun siendo que debería ser lo más corriente porque es la lengua originaria de este país. En rigor la pregunta es por qué a la gente le parece extraño. Nosotros además no estamos tratando de ocultar que no somos originarios del Wallmapu o que no fuimos criados como mapuche, nosotros somos de lengua castellana y nos estamos acercando al mapudungun. Entonces no lo hacemos ni perfecto, ni hacemos la mejor pronunciación, pero lo fundamental es la intención, que es querer hacerlo y hacerlo bien, e ir aprendiendo y creciendo con el lenguaje.

*Fotografía de portada Antonio Larrea

Fotografías interiores Constanza Iglesias

También te puede interesar

Infancias migrantes: resiliencia y arte

La migración precaria distorsiona los espacios, creando vacíos de...

Un texano sobre ruedas

Manejo un Nissan Kicks. No se preocupen, yo tampoco...

El movimiento de Ecuador y Haití

Pasan los meses y vamos olvidando las crisis que...

Encuesta Bicentenario

¡Ya está disponible! Visita la página web del Centro de...

Houston, tenemos más de un problema

Somos una comunidad de migrantes que se toma en serio las reglas del juego, pero, lamentablemente, estamos fuera de práctica, el niño nos va ganando y ha comprado casi todas las propiedades del tablero. ¿Será así como nos ven los estadounidenses? Migrantes que han llegado para adueñarse de sus tierras y negocios, una colonización moderna donde ya no hay un país específico a quien culpar. 

Vi: preciosa, minúscula, microscópica

Vi. Una  mujer minúscula, de Kim Thúy. Editorial Periférica. Traducido...