“Sugiero otro modo y otra política de leer: leer como escuchar”, escribe el académico chileno-mapuche Luis E. Cárcamo-Huechante. Su propuesta ofrece una entrada desde el sonido a las obras del poeta mapuche Leonel Lienlaf. En su articulo “Palabras que sueñan y que suenan: la poesía de Leonel Lienlaf como resistencia en tiempos de colonialismo acústico”, Cárcamo-Huechante pone especial atención al carácter audio-imaginativo de la poesía, a las imágenes evocadas por los textos y, también, sus resonancias.
Los poemas de las obras Se ha despertado el ave de mi corazón (1989) y Pewma dungu/Palabras soñadas (2003) están escritos en el idioma de los mapuches, el mapudungun, y se acompañan de traducciones libres o variaciones en castellano. Según Cárcamo-Huechante, estas obras expresan una ritualización de voces ancestrales, donde resaltan los ecos de las vidas, los cuerpos y del territorio mapuche evidenciando una historia colonial de sometimientos ejercidos por el Estado chileno en conjunto con los colonos del sur y, más recientemente, las empresas forestales, de energía y agricultura.
El estudio del sonido que propone el académico parte de la base de que el colonialismo –como forma política de dominación y explotación territorial y social– conlleva una dimensión acústica: sonidos, ruidos y silencios que son parte de los procesos históricos concretos. Cárcamo-Huechante reconoce en la acústica de la poesía de Lienlaf ruidos coloniales de máquinas forestales, de hidroeléctricas, de carros policiales, de construcciones empresariales y urbanas que son hoy parte del medioambiente visual y sonoro del territorio mapuche actualmente. El académico utiliza el concepto en mapudungun allkütun, que significa escuchar atentamente, para invitar a los lectores “a sumirse en una experiencia auditiva más elaborada y concentrada”, que provoque una lectura atenta de los poemas de Lienlaf en relación al colonialismo acústico.
Los poemas de Lienlaf operan en la frontera de lo textual y lo oral: son palabra escrita para la tradición literaria occidental y son una versión del canto o ül para la cultura mapuche. Así, la obra de Lienlaf ejerce “una especie de asimilación al revés” de los géneros y la lengua no indígenas que dominan la escena literaria en el territorio chileno. En este sentido, los poemas son palabras dichas y escuchadas en medio del dominio de la lengua invasora.
En las obras mencionadas, Lienlaf hace referencia a imágenes y sonidos que corresponden al imaginario audio-visual de lo mapuche como colectividad humana. El concepto de “pueblo” resiste la idea de “etnia indígena” como dato histórico –no vigente– de las raíces de la cultura chilena. De esta manera, la inclusión de una comunidad mapuche en el léxico sonoro de sus poemas posiciona a Lienlaf como un poeta comprometido con las reivindicaciones políticas que mantenían agrupaciones como Ad Mapu en la década de los 80.
En consecuencia, según el académico Cárcamo-Huechante, tanto la poesía de Lienlaf como de otras y otros autores mapuches se mueve en las fronteras creadas por el colonialismo: de las lenguas, mapudungun y castellano; de los géneros artísticos, poesía y ül, y a modo general, de las historias chilena y mapuche.
Artículo reseñado: “Palabras que sueñan y que suenan: la poesía de Leonel Lienlaf como resistencia en tiempos de colonialismo acústico” de Luis E. Cárcamo-Huechante.